Page 59 - Mi Biblia de la Salud_Español
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¿Cómo confundimos a nuestro cuerpo
causándole desequilibrio?
Imagina que vas a comer. Coges un plato, coges la comida y te
sientas. Sí comes en paz, no tienes nada de qué preocuparte.
La parte parasimpática se encarga de que todo vaya bien y con
eficacia en el cuerpo, de forma fluida y eficaz en el organismo.
La mayor cantidad de sangre se envía al tubo digestivo y el resto a
otras partes. Pero imagina que en lugar de quedarte sentado, enciendes
la televisión, ves las noticias o, por ejemplo te sientas frente al ordenador
para trabajar o entretenerte con juegos divertidos o talvez leer tu correo.
Como hemos visto, no es la parte parasimpática sino la simpática
la que envía la sangre en grandes cantidades a los ojos para que realicen
sus funciones correctamente.
Como esta no es función de la parte parasimpática, el cuerpo toma
medidas perjudiciales para sí mismo.
Si comemos y tratamos de hacer otras cosas al mismo tiempo, la
sangre, como he señalado antes, va a los ojos para leer, al cerebro (para
entenderlo todo), a los oídos (para oír, para escuchar mejor) y sólo
una pequeña parte va al sistema digestivo.
Cuando esto ocurre, la parte parasimpática no puede ser capaz de
realizar su función correctamente. Una parte de los alimentos puede
ser absorbida a través del tubo digestivo, pero no todo, porque no
hay suficiente sangre para estas funciones. También es probable sentir
que no había suficiente comida para alimentar el cuerpo. El cuerpo
entra en un proceso de no entender lo que realmente tiene que pasar.
Este proceso provoca el debilitamiento de las funciones vitales lo que
provoca una mala salud, una falta de equilibrio entre el cuerpo y la
mente. No se ha producido una homeostasis adecuada.
El proceso digestivo no ha podido recibir suficiente sangre para
llevar a cabo sus funciones correctamente.
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