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Maria Edith


                   El yin y el yang en el sistema occidental
                    y sus efectos anabólicos y catabólicos


              El Parasimpático (Yin) es la parte del sistema nervioso que domina
          la pasividad. Como las filosofías orientales podrían decir, es el Yin del
          sistema nervioso autónomo.
              Esta parte se activa principalmente cuando comemos. Cuando
          ingerimos alimentos, la mayor parte de la sangre debe ir a los órganos
          digestivos, es decir, desde la boca hasta los intestinos.
              La parte parasimpática de nuestro sistema nervioso autónomo
          se encarga de que nuestro cuerpo pueda absorber y procesar todo
          correctamente. Este es un “proceso anabólico”, es decir, un proceso
          de asimilación y construcción. El cuerpo lo necesita para lograr una
          buena homeostasis (procesamiento, absorción y eliminación) de todo
          lo necesario.
              La parte parasimpática regula todo para que la mayor cantidad de
          la sangre fluya hacia el tracto digestivo, una pequeña cantidad hacia
          los ojos (podemos ver nuestra comida, una pequeña cantidad a los
          brazos para que nuestras manos puedan llevarse la comida a la boca,
          y una parte muy pequeña de la sangre a nuestro corazón porque no
          tiene que trabajar tanto, pero si tiene que seguir bombeando sangre.
          Una pequeña parte por supuesto también tienen que ser enviada a
          nuestro cerebro.
              Cuando la sangre fluye correctamente, todos los componentes de
          los alimentos van a los sitios correspondientes para que estos puedan
          ser absorbidos, mantenidos y alimentados. Cuando esto va bien, el
          cuerpo está en equilibrio, lo que resulta en una buena salud. No hay
          obstáculos en los procesos de procesamiento y asimilación.
              Sin embargo, si esto no sucede, el mecanismo de defensa del cuerpo
          se activa y comienza a expresarse mediante señales de alarma tales
          como inflamación, quejas, dolor y similares. Estas manifestaciones
          de malestar y desequilibrio nos están indicando que hay que hacer



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