Page 92 - Mi Biblia de la Salud_Español
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Maria Edith


              Después de dejar mi país en Sudamérica, comencé a experimentar
          que tenía la peculiar cualidad psíquica e inconsciente de sentir las capas
          más profundas de energía del Ser.
              Sí, muy especial, pero al mismo tiempo a menudo doloroso.
          Situaciones como la que comparto aquí, me llevó a mi nuevo Yo, que
          estaba esperando ser encontrado y conocido conscientemente.



          Angelica Archangelica, una hermosa anécdota
              Esta es una experiencia muy especial que tuvo lugar durante el
          primer año de mis estudios de naturopatía.
              Tuve una consulta con un profesional de la salud natural, un
          naturópata. Eran momentos muy difíciles para mí. Me ahogaba,
          porque tenía que tomar decisiones y por lo general los grandes cambios
          siempre nos abruman. No nos gusta ser enfrentados a lo desconocido.
              No somos conscientes de que estamos constantemente atendidos
          y guiados por esa inmensa esencia que nos creó. De todos modos, no
          fue uno de mis mejores momentos, al contrario, me sentía abrumada
          por una enorme tristeza. Es difícil cuando finalmente tenemos que
          elegir lo que el corazón ha estado pidiendo a gritos, cuando sus deseos
          se han extinguido porque no queremos herir u ofender a nadie. A
          menudo preferimos hacernos daño a nosotros mismos y negarnos el
          amor, como si no lo mereciéramos. Decidimos apagar la Luz que quiere
          ser vista, acallar esa voz interior que quiere ser escuchada.
              Uno de los consejos que recibí del terapeuta para seguir en casa fue
          que debía tomar diariamente gotas de la tintura de la planta llamada
          Angélica Arcangélica. Un nombre muy especial pensé. Una planta con
          nombre de ángel.
              Me tomé las gotas ese mismo día al llegar a casa, antes de comer.
          Estaba muy triste y después de comer y hacer algunas cosas en casa
          decidí recostarme en la cama e intentar tranquilamente pensar en
          toda la situación. Poco a poco mi cuerpo fue rindiéndose al sueño y



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